No es ningún secreto el hecho de que Alaska y los Pegamoides es uno de mis grupos favoritos de todos los tiempos y, que desde mi más tierna infancia, Alaska, en cualquiera de sus digievoluciones, ha puesto la banda sonora a la mayoría de los recuerdos que tengo. Bien, adoro a Alaska, no lo puedo evitar. Piper sabe de lo que hablo:
Creo que Pegamoides fue un grupo alucinante, no se me ocurre una manera mejor para definirlo. Si hubiera nacido veinte años antes hubiera podido ser testigo directo de su ingenio y su originalidad, pero no pudo ser. Para honrar su memoria, he querido hacer algo a lo que mi cabeza (a la parte de ella que vive en la Movida Madrileña) lleva dando vueltas varios días. Sirviéndome de los títulos de algunas de sus canciones, he ideado "Los ocho principios de la Filosofía Pegamoide", ocho lecciones de vida que pueden ayudar a convertir este mundo patatero en un lugar asombroso en el que vivir.
1. VÉRTIGO
Pegamoides se marcan en "Vértigo" una canción rápida y ramonera. Por muy cañeros que se pongan, este tema parece querer hablar de esos momentos en los que te sientes como un niño con el pijama meado, inquieto y sin poder dormir porque alguien (o algo, pero los significados ocultos en la canción sólo los saben ellos) no te deja, porque alguien te produce esa sensación tan vertiginosa que no sabes ni qué hacer con tu pellejo. Desde pequeña, escuchar esta canción hace que en mi cabeza se dibuje un gran remolino de colorines, qué curioso.
Déjate arrastrar dentro del remolino, sufrir vértigo nunca había sido tan emocionante.
2. HORROR EN EL HIPERMERCADO
Los primeros hipermercados llegaron a España en los años sesenta, pero al parecer no eran tan molones como los americanos, que eran los que apasionaban a los Pegamoides. La idea de que alguien pueda cometer un asesinato en un hipermercado y los restos (de Mari Pili, concretamente) aparezcan entre los congelados es... brillante. Lo cierto es que nos ahorraríamos tener que maldecir a abuelas por colarse para comprar el pan, y la sección de congelados sería más que variada. Minipunto y punto para los Pegamoides por la idea. Ni Stephen King lo hubiera hecho mejor.
3. LA REBELIÓN DE LOS ELECTRODOMÉSTICOS
Esta fue la primera canción que escuché de Alaska en mi vida. Tenía unos siete años. Creo que ésta fue la razón por la que hoy en día soy así de friki. Como canción, para mí es una de las mejores: es pegadiza, es divertida y la historia que cuenta no podría ser más actual (al menos, a mí me encantaría que lo fuera). Que tus electrodomésticos se nieguen a trabajar y te secuestren es una idea tremenda, pero ¿os lo imagináis? Ojalá fuera cierto. Niño sin iPad, niño feliz.
4. BOTE DE COLÓN
Una frase que se repite y Alaska marcándose unos agudos que dan ganas de matarla. ¿Y qué? "Bote de Colón" es una canción brutal, la cúspide de la sencillez, un himno. Ellos querían la fama, y dejaron al puñetero bote de Colón tan atrás que tuvieron que cambiarle el formato. Entender que la simplicidad no está reñida con la genialidad es una lección de las buenas.
5. ODIO
¿A quién no le ha pasado alguna vez?: tienes tantísimo asco a alguien que le evitas por todos los medios y aún así te lo encuentras en todas las malditas esquinas. A la prota de la canción la pasa, incluso se va a Tahití a descansar "entre palmeras", pero allí se encuentra con la misma cara otra vez. ¿Y qué le queda? Resignarse. No, no hay asesinato esta vez. Así que, si te pasa esto, no te resignes, pero intenta no odiar porque, al fin y al cabo, el asesinato está penado por la ley y oye, pues que tampoco es plan. Ponte en modo zen, a mí me funciona.
6. LA LÍNEA SE CORTÓ
Para mí, esta es una de las canciones mas siniestras de la historia. Supongo que es porque de pequeña yo entendía "la niña se cortó" y me he quedado con el trauma. Una conversación de lo más extraña y una línea que se corta. La lección que aprendemos con esta canción es que los móviles son un invento del diablo, y que si esta canción hubiera sido escrita en el siglo XXI perdería toda la gracia. Imaginémonos a Alaska enviando a Ana Curra un whatsapp diciendole: "Mejor hablamos por aquí".
7. REDRUM
Un guiño a El Resplandor que pone la carne de gallina. "Redrum" es una historia de terror con todas las letras, un invento para el ser humano del siglo XXI, tan falto de tiempo para leer. Podemos leer la letra de esta canción y estremecernos lo mismo o más que con cualquier clásico de Stephen King. Un microrrelato para los paladares amantes de lo espeluznante más exquisitos. Consumir y gozar.
8. BAILANDO
El himno de toda una época. Muevo la pierna, muevo el pie. Pegamoides lanzaron este éxito poco antes de separarse para siempre para que Parálisis Permanente y Dinarama tomaran forma definitiva. Supongo que hay mucho de estos dos en este tema. Muévete, y si los vecinos molestan, que les den por ahí. If it's too loud, you're too old.
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