Son muchos los momentos en los que
nos decimos "¿te acuerdas de...?". A veces son instantes, recuerdos
imborrables que pasan a la posteridad por lo que simbolizaron o por cuantísimo nos
marcaron. Y otras veces recordamos no sólo momentos, sino cosas. Voy a decir
"cosas" en general, porque esta entrada trata acerca de aquello que
el tiempo nos arrebató, bien por quedar obsoleto o bien porque, simplemente,
desapareció para siempre.
1. Cabinas telefónicas
Los teléfonos móviles irrumpieron
en la vida de los mortales como una droga sigilosa y penetrante para nunca más
irse. Desde entonces, somos una masa de autómatas pegados a un cacho de
plástico, adictos incansables con dificultades para comportarnos como humanos más
allá de nuestra pantallita brillante. Las cabinas de teléfono han ido
extinguiéndose y ni siquiera nos hemos dado cuenta. Aún recuerdo la primera vez
que viajé a Inglaterra y sólo podía comunicarme con mi familia con una sencilla
tarjetita desde una de ellas, creyendo que aquello era toda una hazaña. La
tecnología nos ha puesto las cosas terriblemente sencillas.
2. Canción del verano
Recuerdo aquel pegadizo
temazo (cómo no lo voy a recordar si lo ponemos en todas las cenas) que decía
"El verano ya llegó, ya llegó, ya llegó, y la fiesta comenzó, comenzó,
comenzó...". Semejante mierda de letra te hacía venirte arriba hasta
límites que a mis doce años, no sabía ni que existían. ¿Y ahora qué tenemos? ¿A
Ylenia?
3. El Club Megatrix
Los niños y preadolescentes de mi
generación siempre recordaremos ese maravilloso programa mañanero en el que se
reponían incansablemente episodios de Oliver y Benji, Power Rangers o Pesadillas. Además, los presentadores
(aunque en la última etapa los eliminaron y pasaban solamente series) eran de
lo más ñoño y entrañable que te pudieras imaginar. También nos acordamos de su equivalente en T5, El Club Disney, que molaba algo menos aunque ponía seriazas como La banda del patio o Pepper Ann.
4. Cintas de gasolinera
Las cintas de cassete
desaparecieron en la nada con la entrada de los discman (los cuales yo adoraba),
que se extinguieron silenciosamente para dejar paso a las descargas ilegales y
a los iPod. Aunque soy muy fan de estos dos últimos, añoro con lágrimas en los ojos
aquellos días en los que ir a las gasolineras y bares de carretera con tus
padres era mucho más divertido.
5. Columpios de puro hierro
Los niños de los 90 y décadas
anteriores crecimos partiéndonos la crisma en esas mortales mini-atracciones
que poblaban los parques de las ciudades y los pueblos. Ahora, los parques
infantiles están enmoquetados con materiales antibacterias y los críos no
tienen ni la más remota oportunidad de llenarse de mierda ni romperse nada. Las
cosas se han vuelto muy aburridas.
6. Pantalones Adidas con
cremallera
Yo era adolescente cuando esos
malditos pantalones empezaron a poblar el instituto. Además, en los institutos
de pueblo la gente es muy aficionada a ir en chándal, haya educación física o
no. Así que los Adidas con cremallera estaban muy de moda y los había de
infinidad de colores. Ah, y si llevabas la cremallera cerrada, automáticamente
te convertías en un pringado. Yo tuve tres.
7. La moneda de veinte duros
Esto es estúpido, porque la
peseta desapareció, y aunque nos hubiéramos opuesto hubiera desaparecido igual.
Es trágico igualmente, puesto que la moneda de veinte duros era un distintivo
de poder, era algo terriblemente simbólico. Se crearon incluso las tiendas de
veinte duros, ¡se llamaban así! ¿Y sabéis qué? También han desaparecido.
Sea como sea, si tenías veinte
duros en el bolsillo te daba para comprarte veinte gominolas, una revista, o un
tupperware. Eras súper poderoso con veinte duros en el bolsillo, te podías
pasar toda la tarde en la calle y aún así, traerle la vuelta a tu madre.
8. La Baticao
Que yo sepa, hace algunos años
que Colacao perdió la costumbre de mandar en sus cajas grandes una coctelera,
batidora, o lo que sea que pueda batir esos polvos maléficos en leche fría
(porque si no, ni Rita disuelve eso). Cada año era un diseño nuevo, algo megasorprendente. En verano toca beber esa deliciosa bebida
a temperatura témpano, y qué mejor manera de hacerlo que teniendo un cacharro
nuevo cada vez con el que poner la cocina como un bebedero de patos. Esos
condenados chismes siempre tenían fugas.
9. Friends
Fueron diez intensos años los que
esta estupenda serie estuvo en pantalla. Capítulos que te hacían reír y pensar
en cómo te las apañarías para poder vivir esas súper aventuras con tus colegas en un pisito en el
centro de Manhattan. Sea como sea, eran sueños bonitos y, aunque no vivamos
como esos seis, hemos aprendido a pasarlo bien.
10. Puntero láser
Tenía preparada esta entrada
desde hace dos días y justo hoy he visto a un niño con uno que me ha fastidiado
el final. Hacía años que no veía uno, supongo que por fin los prohibirían (si
es que alguna vez no lo estuvieron). Sea como sea, este objeto del diablo te permitía hacer el capullo a docenas de metros de distancia. Y lo mejor venía cuando ponías cualquiera de los cabezales extra, como el de la tía en pelotas. Que me perdonen esos amados lejanos vecinos, porque las noches que les daba eran para haber querido
colgarme de un puente.
Me estoy dando cuenta de que últimamente
sólo hago entradas con listas de cosas. Es más divertido de redactar y más
divertido de leer, seguro. No me he podido aguantar, y como últimamente estoy
más nostálgica de lo habitual, se me ha ocurrido esto. Crecer y madurar
significa darte cuenta de lo que se queda atrás, y ni siquiera nos percatamos
de ello. Digo crecer, pero lo mío es más lo de madurar. Crecer hace mucho que
dejé de hacerlo (aunque estoy convencida de que crecí de estatura hasta bien
entrada la época universitaria), pero madurar lo haces todos los días.
De esta lista echo de menos el
Club Megatrix, creo que es lo que más extraño. Las mañanas de fin de semana
pegada a la tele eran un cúmulo de ilusión y de fantasía aunque sólo te
pusieran capítulos repetidos de todo. Lo seguiría viendo si aún estuviera en
antena, estoy segura. Los niños y adolescentes son los grandes olvidados en la
TV de hoy en día (eso suponiendo que la TV atienda las necesidades de alguien),
y los chavales pasan de Pepa Pig a Hombres, Mujeres y Viceversa.
Doy gracias por haber pertenecido
a la última generación valorada por los medios de comunicación. ¿¿¿¿Y qué ha
sido de la Top Disney????